Capítulo 12

Mi asistente y yo salíamos del casamiento de mi papá y nos tomamos un taxi.

Nunca pensé que se fuera a casar a los 61 años, pero cayó. La mujer es muy simpática, tenemos mucho caracter pero nos llevamos bárbaro. Ahora vivimos los tres. De novios iba y venía hasta que una conocida les dijo “¿por qué no se casan?. En un mes se casaron.

Hubo algunos cambios lógicos, cuando éramos dos había más relajo en la casa, dejabamos todo tirado, los calzoncillos, los buzos, ahora tenemos que ordenar, por convivencia.

Entoces, salíamos del registro civil, mi asistente, mi abuela, que vive en Solymar, y yo.

Nos subimos al taxi para dejar a mi abuela más cerca de la terminal. Nosotros luego seguimos para el barrio.

La señora que manejaba el taxi estaba meláncólica, era era su cumpleaños, eso me dijo.

Me llamó la atención que la llamaban a cada rato, y atendía con el manos libres. Yo pensaba, “mirá si nos agarar un policía de tránsito” y ahí me confirmó que era su día. Con cara de simpático le dije “feliz cumpleaños”. También iba comiendo un helado de chocolate, no se que le pasaba, se le hacía agua el helado y no podía limpiarse y se puso de mal humor.

Dejamos a mi abuela y la seguían llamando. Se ve que era una mujer separada porque decía “hoy me junto con mis hijos”.

Entonces dice:

-¿Por dónde agarramos ahora?

Yo tengo una cortada que agarro cuando vengo al barrio y me deja al lado de casa.

- Agarrá por acá- le dije

Y ella me quedó mirando y dobló.

-Por acá no- le dije- se va a hacer más largo.

-¿Por dónde agarro entonces? - le dijo a mi asistente.

-Por dónde te dijo él- le contestó mi asistente- yo no conozco este barrio. Si te dice andá por acá, hacele caso, él conoce más que yo.

-Es que no le entiendo- dijo.

A mi me llamó la atención porque antes veníamos hablando normalmente. Creo que era porque se estaba enojando. Al principio no me importó pero luego me cayó la ficha.

Cuando llegamos mi asistente me dijo:

-No tenés que dejar que te digan cualquier cosa.

Pero yo estoy acostumbrado, además creo que la agarré en un mal momento, estaba mal, hacía calor. Aunque yo no tenía la culpa de su mal día.

Pero yo no respondo, porque la gente se pone así cuando está mal, sobre todo con la gente con discapacidad. No existe la tolerancia en general, más con cualquier dificultad.

Capaz la mujer nunca había llevado a una persona con discapacidad y por eso le hablaba a mi asistente en vez de a mi. No sé. Ojalá haya pasado un feliz cumpleaños.